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lunes, 16 de enero de 2012

Fin de semana en el coche (otra vez)

Con el primer viernes libre de Sofi, decidimos tirar a la carretera otra vez, esta vez en busca de unas buenas botas para hacer senderismo. Después de estar toda la mañana del viernes de un banco a otro buscando información sobre tipos de cuentas y tal, nos echamos a la carretera en busca de un Rei, una tienda de deportes tipo Decathlon. Teníamos la dirección, estaba en la Tomball pkwy, lo que nos hizo suponer que estaba en el pueblo de Tomball o en los malls de sus afueras. Llegamos a Tomball  cómodamente, gracias a nuestro flamante nuevo mapa de carreteras, pero ni rastro de la Tomball pkwy. Después de dar muchas vueltas, de parar a repostar y preguntar infructuosamente en comercios varios, nos dijeron que la Tomball pkwy era una que en el mapa y las señales aparecía con otro nombre. Así cualquiera la encuentra. Recorrimos la carretera de marras pero ni rastro del Rei. Pues nada, media vuelta. Luego nos enteramos de que, efectivamente, estaba en la carretera, pero unas 15 millas más allá de Tomball. Pues qué bien.

Por lo menos vimos un sitio de donuts parecido al de Mars Attacks.
Decidimos entonces enfilar hacia varios outlets (tiendas de saldos) a los que teníamos echado el ojo. Ya que aquí todo es tirando a carete, que mejor que irte a un outlet a buscar cosas de ocasión. Gracias a nuestro mapa, lo encontramos todo muy bien. Lo primero que nos asombró fue, claro, el tamaño. Como todo en Texas: a lo bestia. Y allí, por fin, pude comprarme unas botas Columbia por 64,94 $ (tasas incluidas): una ganga.

El Houston Premium Outlets (una de sus cuatro calles).
Los Factorys de Madrid son para pringaos...
Esta es una tienda del Katty Mills Outlets.
Imaginaos el centro comercial más grande que hayáis visto
(incluido el Houston Premium Outlets) y multiplicarlo por diez.
En una tienda de recuerdos del Katty Mills vimos esta camiseta. Si no fuese porque va en serio me reiría y todo:

Texas no deja de sorprendernos.
(Traduzco: es algo de Texas; no llamamos al 091.)
El sábado fuimos a Houston a mirar las zonas por las que nos habían ofrecido casas. La mayoría estaban por los Houston Heights (zona de pasta) y por la zona alrededor de la Rice University (zona de más pasta). Por los Heights vimos varias casas que nos gustaron, y lo mejor es que no están en la zona de los ricos, sino en barrios residenciales de clase media, y muy cerca (como para poder ir andando) del Farmers' Market Caninos, que abre todos los días. En la Rice vimos una que no estaba mal, pero el barrio da bastante grimita, tan lleno de mansionazas como las de Tony Soprano y con un claro ambiente pijil. Ya veremos, pues.

Un mercadillo casero de los que abundan por aquí.
Después fuimos hacia un Rei, para sacarnos la espinita del viernes, y al llegar nos decepcionó un poco. Pequeño (para cómo son aquí las tiendas) y caro. Como un Decathlon de la Moraleja Green, para entendernos.

Lo bueno es que allí nos encontramos a unos compañeros del curro de Sofi; la noche se animó y salimos por el downtown (el centro: uno de los dos centros de Houston) a cenar y tomar unas birras; que hay que ir acostumbrándose a los elixires americanos, qué demonios.

Hay que añadir que el sábado no nos perdimos ni una vez; gracias al mapa y al Google Earth (que llevábamos en el Netbook; a partir de ahora miniPCcito) recorrimos Houston sin problemas de un lado a otro, sabiendo en todo momento dónde nos encontrábamos. Bueno, hasta el final de la noche. Perdimos un momento la salida a la I-45 y acabamos dando vueltas hasta que nos iluminó un enorme foco: en efecto, un coche de policía (dos, para ser exactos). Nos extrañó que no nos dijesen lo de «pare el motor y ponga las manos en el volante» o algo por el estilo. El sheriff se acercó, nos pidió la licencia de conducir y fue a comprobar datos. Luego, libres ya de sospecha, nos indicó la salida. Tuvimos que dar una par de vueltas más, porque las señales de tráfico en Houston (bueno, en todo el Texas que conocemos) son bastante malas y pequeñas: es muy fácil saltárselas. Menos mal que el coche lo llevaba Sofi (debido a mis tres cervezas en el buche), porque si lo llevo yo entro en pánico.

Por cierto: llenar el depósito sale a 28 euros.

2 comentarios:

  1. Cuando nosotros estuvimos en Houston, vivíamos en Hazard Street. No sé exactamente qué barrio era, pero no estaba mal. Por los alrededores había casas familiares, cada una construida sin fijarse en las demás y casi todas con su pedacito de jardín. Y sin llegar a ser mansionacas de esas que dan hasta algo de grima...

    Y veo que ya habéis tenido vuestra primera experiencia con la poli, jejeje. Pronto empezamos ;)

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  2. Sí, está un poco al norte de la zona de Rice University. No la vimos pero es una buena zona para vivir, aunque un poco lejos de la I-45, que es lo que queremos...

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