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miércoles, 4 de enero de 2012

El viaje y la casa

De Madrid llegamos a Chicago a eso de las 15:30 del día 3, hora local (en Madrid serían las 21:30 de la mañana). Pasamos la frontera en una hora o así, un auténtico horror. Después nos tocaba una espera de cinco horas en Chicago. Como viajábamos en business teníamos acceso a la sala VIP (que allí se llamaba Admirals Club), pero resultó ser un asco. Mientras en Barajas podías ponerte hasta el tranchete de comida, bebidas varias (incluyendo alcohólicas) y aperitivos, aquí sólo tenían dispensadores de pretzels y similares, café (un asco, ya sabéis que el café made in USA es aguachirri) y té (Lipton: otro asco). Lo demás lo pagabas a precio USA, es decir, de oro. Pues vaya porquería de club, oigan. Menos mal que pasamos la escala viendo pelis, benditos portátiles.

El viaje Chicago-Houston fue como la seda. O puede que no, la verdad es que caímos redondos en el asiento (yo especialmente) y despertamos media hora antes de aterrizar en el George Bush (¡arg!) International Airport. Allí nos esperaba un amable señor para llevarnos a nuestro apartamento provisional, mientras el hilo musical escupía música country (¡no es coña!), como ya os contamos ayer. Media hora por autopista para llegar a casa y dormir un poco antes de levantarnos y que Sofi fuese a trabajar, previo desayuno de cruasán relleno de revuelto de huevo con tomate y albahaca. Delicioso, realmente los estadounidenses (no digo yanquis, que estamos en Texas y aquí se lo toman como un insulto: sureños y a mucha honra) son unos maestros mezclando el dulce con el salado. Lo malo es que se nos olvidó pagar propina (era casi un self-service, teníamos nuestras dudas: en el McDonald's y similares no se da propina), con lo que el camarero nos reprimió, o eso entendimos. Dejamos dos pavos.

La casa es un apartamento con salón-comedor-cocina, una habitación (con vestidor) y un baño. Os dejamos unas fotacas para que os hagáis una idea:

El living
El redroom...
... con su vestidor
Las indispensables lavadora y secadora
El baño, con su Rockdelux para leer.

Llámenme gañán, pero a mí lo que más me ha molado es el triturador de basuras del fregadero. He tardado cero coma en usarlo, claro.

¡Lo mejor: el triturador de basuras!
¡Qué ganas de desmontarlo!

Lo bueno de la zona es que the Woodlands, que es donde vivimos, está construida en el entorno de un bosque. En España lo que haría el constructor de turno sería arramplar con todo, alicatar y cementar y luego plantar los árboles necesarios para poder calificarlo como zona verde y que le den subvenciones. Aquí no, se elimina lo mínimo necesario para construir, por lo que, al asomarnos a la terraza (¡tenemos terraza!) tienes pinos y robles al alcance de la mano, literalmente, y el olor es a bosque y naturaleza. Así que es un gustazo pasear hasta el curro rodeados de árboles y ardillas.

¿Un paseito hasta el curro?
<voz de pijo>La entrada a la urba, tía</ voz de pijo>.

Esto no evita que tengan horrores como un campo de golf gigante; todo el mundo sabe que en Texas les sobra el agua. Parece ser que los empresarios texanos y murcianos tienen la misma idea de sostenibilidad. Eso sí, a mí me viene fenomenal para correr por las mañanas.

5 comentarios:

  1. ¡Triturador de basuras! Moooola...

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  2. Mola!!! jajajajajjaja! El sitio está deluxe! viendo el caloraco que os vais a gastar allí, las visitas mejor en invierno...Y además con esos bosques, habrá mosquitos a mansalva! y como allí todo es a lo grande, sus picaduras no van a ser menos...

    Y las propinas...oh my god!!!!! no dejásteis?????? normal que os echaran la bronca! si es que...desagradecidos...

    Seguid contando majos!!!!

    Un besazo!!!!!

    Lady Perrunilla!

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  3. Las gañanadas son los que nos diferencian... Sigue en ello Yei-Ef.
    ¡Pero nada de jugar al golf!
    Me encanta esto del blog Madriz-Texas... Echo en falta que pongáis en el espacio una canción típicamente NO country de Los Chunguitos. Unos grandes lo mires por donde lo mires.

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  4. Nada de golf, prometido. De hecho, el segundo día que me puse a correr por allí tardaron en echarme lo que tardó un gordo con carrito en cogerme. Eso sí, son muy educados hasta para decirte «saca tu culo de aquí».

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  5. El Triturador de basuras es uno de los mejores inventos.

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